¿Quién soy?

Siempre he creído que algo en mi interior estaba necesitado de letras, necesitado de frases y de historias.

Mi afición por la escritura apareció en la adolescencia, como válvula de escape, como desconexión de cuanto me rodeaba. Escribiendo me evadía de la realidad y conseguía trasladarme a un mundo virtual, tan bello o tan oscuro como yo quisiera imaginarlo.

Con veintiún años decidí que había escrito demasiadas tonterías, perdido demasiado tiempo y gastado demasiada tinta. Inicié una fase lógica y racional, y amplié los horizontes del conocimiento hasta descubrír otra de mis pasiones: los bits, una pequeña secuencia de ceros y unos que logró mantenerme abducida durante un tiempo y consiguió separarme definitivamente de las letras.

Veintitrés años después, me di cuenta de que algo en mí estaba a punto de estallar. Necesitaba escribir de nuevo y reencontrarme con alguno de aquellos personajes que dejé empolvados en el baúl de los recuerdos. Aun hay varios deseando aparecer nuevamente por mi vida, aunque otros han nacido durante este año de escritura. Al fin he podido olvidarme del papel y del bolígrafo y he empezado a escribir historias utilizando el procesador de textos. No hay nada como enlazar dos aficiones en una.

En mi vida real, los protagonistas son los números, no las letras. Tanta saturación de números abrió la caja de Pandora y empezaron a atacarme poesías, cuentos, historias y pensamientos. ¿Por qué no? ¿Podría volver a hacer aquello que me hacía sentir bien? Sólo soy una aspirante a escritora, con los microchips algo oxidados, pero con los circuitos llenos de tinta.

                                                   Gracias a Noelia, mi hija, he vuelto a escribir.

Os diré que Fedra, la protagonista de mi obra "Secreto entre hermanas", era uno de mis personajes preferidos en la adolescencia. A ella le otorgué mil papeles diferentes y le cambié los atributos en cada una de mis historias. Este año pasado decidí resucitarla de su letargo para contar, en esta ocasión, la vida de ella y de su hermana, desvelando a través de veintiún capítulos cuál era el secreto que ambas ocultaban.

En cuanto a opiniones personales, sentimientos propios o cualquier otro dato sobre mí que estime oportuno ofreceros, los dejo etiquetados como Pensamientos. Sólo es un tímido acercamiento a vosotros que no pretende nada en particular.

Muchas veces digo que el mundo es pequeño y que me encanta viajar. Es cierto. Por ello, hablo de alguno de mis viajes en este blog. Y, como no podía ser de otro modo, también de mis viajes han surgido historias, prueba de ello son mis relatos "Aquella no era una librería convencional", inspirada en mi viaje a Croacia y su ciudad Dubrovnik, y "Los guardianes de la fe", inspirada en mi viaje a Italia y su Ciudad de Vaticano.

Me gusta leer vuestros comentarios y me gusta comentar en vuestros blogs. Odio la ofensa y la agresión a la intimidad personal y, por ello,  aunque uno es libre de expresar sus opiniones, siempre debe hacerlo respetando a los demás. Incluso el silencio es digno de respeto.  

Nos leemos. Un abrazo.

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