Allá por el año 66, de un siglo
al que los humanos llamaron 20, nació un grupo de seres extraordinarios dotados
de poderes inimaginables. Los magos de mirada oscura vaticinaban días de guerra,
tiempos de llantos y décadas de silencio.
Al principio de los tiempos, aquellos
seres unidos buscaron el lugar donde nacen los Sueños, con el firme propósito
de alcanzar el suyo propio y marcar con su impronta los senderos de la Historia.
Tuvieron que lidiar batallas
difíciles y esquivar las brechas intangibles que acecharon sus andanzas. No
hubo gloria, ni risas, ni oratoria y, finalmente, todos se dispersaron permitiendo
que una tupida sombra acampara sobre sus cabezas.
Entrados en el siglo 21, asomaron
las primeras luces. Algunos construyeron mil puentes entre los escarpados
abismos que los separaban. Pero, aun así, no lograron acercarse. El porte
orgulloso del todopoderoso Tiempo había roto los lazos que los unieron un día.
Medio siglo ha pasado desde su
nacimiento, la esencia perdura y los lazos invisibles siguen en algún lugar de
sus corazones. Fue la unión de unos
pocos la que atrajo a otros pocos, y la fuerza de varios la que encendió las
ascuas.
Brilla ahora de lejos, la luz que
los ilumina y sirve de guía a los que aún no la han encontrado. Sabemos, que
todos lograrán encontrarla.
Desde este palco, auguramos tiempo de paz y armonía, de estrechamiento de lazos y entendimiento mutuo. Atrás queda el mal presagio de los magos nefastos y queda abierta la puerta al festejo y la celebración.
Siempre juntos.