Último Speedball

Corro embalada hacia la noche impulsada por el viento, notando el corazón en mi boca, escapando por momentos. La avalancha de adrenalina pilota el volante. Sigo las luces de la carretera. Llego o lo parece. Casi llego. No. Me estrello.
 
        Otro peón más aplastado por el caballo de Troya. Quién fuera rey con su torre para enrocarse y salir airosa. Cansada, cierro los ojos. Alucino que alguien llega y estira por todas partes, desincrustando las garras que sujetan mi esqueleto. Al fin libre, levito en un cielo blanco con grandes letras bordadas.
 
        Sombras de picos abundan entre mis flacos pellejos. Con mis  pupilas  distingo el irisado rostro de un ángel que palpa mis extremidades. Un seco pinchazo me eleva hasta el umbral de San Pedro. Caigo en picado. Las turbulencias del miedo me arrrastran hacia el abismo. El ralentí de la adrenalina me mece, sumiéndome en el sopor mortífero de la última parada. 
 
      Llegué.

10 comentarios:

  1. Vertiginosa despedida, Yolanda.

    Un micro con un pulso narrativo trepidante.

    Abrazo.

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  2. Nada que añadir al comentario de Pedro, acertado y a la esencia, como siempre. Pero, por decir algo: "...alguien llega y estira por todas partes, desincrustando las garras que sujetan mi esqueleto...". Surrealismo puro, al estilo Ernst, no Dalí. Sigues en la senda de la prosa poética, por lo que observo. Excelente. El título, impagable.

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    1. No conocía la obra de Ernst, así que me he dado un paseo por ella y me ha dejado boquiabierta. Pero, por decir algo, sigo prefiriendo a Miró.

      Lo del título impagable me ha llegado al alma. Gracias.


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  3. Yolanda, tu relato es un homenaje en toda regla a esas maquinitas que tantas horas de diversión nos dieron. Lo de "Extra point" sonaba a cantos celestiales.

    Nunca imagine leer un relato desde el punto de vista de las entrañas de esta máquina. Muy original.

    Abrazos.

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  4. ¡Qué bonita es la imaginación! Le has dado a mi relato un plus de surrealismo.

    Gracias, Nicolás.

    Abrazos.

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  5. Siempre me ha gustado perderme en los cuadros surrealistas, cada vez que los observo descubro un detalle que me ha pasado de largo o creo adivinar qué esconden. Esto es lo que me ha pasado con tu relato, como no conozco el juego del que habla Nico, no tengo ninguna referencia, así que he leído varias veces el relato y, en cada lectura, me ha sorprendido una frase o me ha llevado por caminos distintos.
    Saludos

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    1. Surrealista o no, la semilla de este micro puede germinar de forma diferente en la mente de cada lector.

      Gracias por sorprenderte en cada lectura, Ana.

      Un abrazo.

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  6. Me he dejado llevar por el relato y la aventura ha recorrido toad mi mente. Todavía no sé si después del rápido viaje quedé en territorio de San Pedro o si llegué un poco más abajo, pero seguro que lo disfruté.

    Un abrazo, Yolanda.

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